Hay que disminuir los depósitos de grasa sin aumentar de masiado el presupuesto. Y más con los tiempos que corren. No hace falta recurrir a alimentos raros, ni exóticos, ni de masiado cotizados para combatir el sobrepeso. Con los ali mentos de mercado local hay más que suficiente.
Inductora de hábitos sanosLa pauta dietética debe mostrar hábitos sanos. Esto quiere decir que hay que tender a la dieta equilibrada, a no seguir dietas demasiado monótonas ni restrictivas. También que habitúe a tener horarios, a comer lentamente, a repartir las comidas, etc. Cuanto más se parezca a lo que es comer de forma equilibrada y normal más probabilidades de éxito tie ne la dieta.
Nunca menos de 1.200 kcal
Está comprobado que con menos de 1.200 kcal es práctica mente imposible que haya una ingesta correcta de vitaminas y minerales.
Incluso una dieta de 1.500 kcal para una persona joven y que tenga una actividad física considerable puede tratarse ya de una pauta muy restrictiva. O sea que atención a las dietas muy hipocalóricas porque conllevan muchos pro blemas.
FácilUna buena dieta hipocalórica debe ser de seguimiento fácil. Las dietas que necesitan un manual para seguirse acaban no siendo efectivas. No hay que complicar la vida a las personas. Ni en la elección de los alimentos, ni en la cocina. Se trata de facilitar al máximo las cosas.
Los alimentos que no deben faltarPor supuesto que hay mil teorías restrictivas para perder peso. En realidad perder peso es fácil. Basta con disminuir la energía de la dieta. Lo que cuesta es hacerlo de forma sana y mantenerlo.
Para cumplir con la premisa de dieta sana, hay algunos alimentos que no pueden faltar.
Desconfíe de las dietas que eliminan absolutamente alguno de los siguientes grupos de alimentos:
Aceite: cierto que es una grasa, pero una grasa imprescin dible. La grasa tiene funciones vitales en el organismo. Aunque cada cucharada aporte 100 kcal, es importantísi mo que la dieta que siga tenga una dosis mínima de aceite- de oliva. Dos cucharadas al día es el mínimo.
Verduras: no hace falta decir que son esenciales. Aportan vitaminas, minerales y fibra. Además son muy ligeras y pueden tomarse en raciones casi libres. Que no falten en su dieta.
Farináceos integrales: para que la dieta sea inofensiva es básico que aporte una dosis mínima de farináceos. O sea de pan, pasta... Son los alimentos que nos proporcionan energía inmediata pero son mucho menos «engordantes» de lo que se cree. Las dietas con farináceos son mucho más sanas y llevables que las que los suprimen completamente. Dos o tres raciones de farináceos al día son prácticamente obligatorias. (Una ración = 50-80 g de pan, o 50-80 g de pasta, o 50-80 g de arroz, etc.)
Pescado blanco, carne magra y huevos: junto a la de la clara de huevo, la proteína del pescado blanco es la más ligera que existe. El pescado blanco además aporta yodo, vitaminas del grupo B y poquísimas grasas. La carne a su vez puede incluirse perfectamente dentro de una dieta adelgazante sana. Por supuesto mejor si se trata de carne blanca, en las dosis razonables (100-130 g) y sin la grasa visible. Por último, y a pesar de su mala fama, los hue vos son unos excelentes alimentos. Además, cada huevo no son más de 80 kcal..., siempre que no se tome frito, claro.
Legumbres: al igual que los farináceos, aportan carbohi dratos. Pero no solo eso, también proteínas, calcio, hierro, antioxidantes, y una cantidad de energía semejante a la que aporta la pasta o el arroz. En una buena dieta hipo- calórica debe haber este tipo de alimentos, aunque sea en cantidades muy limitadas...